martes, 29 de diciembre de 2009

El pajarillo feliz




Siempre juego con los niños que vienen, aunque no se da con demasiada frecuencia, no debe ser bueno que vengan hasta aquí, lo he oído decir a Carlos muchas veces cuando las madres dejan que pasen por el pasillo. “Mejor quedarse en la entrada si tienen que traerlos”.

Aunque a mi me gusta que suban, corremos, saltamos y nos reímos mucho hasta que nos regañan por hacer ruido, ja, los mayores siempre enfadándose por tonterías, como cuando papi le dijo a Don Antonio que estaba enojado por la forma en que había llevado mi caso, recuerdo que era cierto y no dejaba de gritar, mamá lloraba a cada instante y yo me encontraba asustadísimo con aquella situación sin saber bien que hacer.

Don Antonio es un hombre bueno, siempre me dice cosas que me hacen sonreír y estar contento, no creo que papá tenga razón en su enfado, pero como se cabreó tanto, no quise decírselo, a mamá si, y me dijo que pensaba como yo, solo que papá estaba nervioso y no deberíamos hacerle demasiado caso, se le pasaría al rato.

Cuando vino Luisa me contó el cuento del pájaro que tuvo que abandonar su casa para ir a un sitio mas bonito con pajaritos igual que él. Me entristeció cuando se despidió de mamá pájaro, parecía como si nunca fuese a regresar con sus hermanos y a Luisa también la puso triste, al final lloramos un poquito los dos, pero en seguida vi los dibujos y sonreí, se veía muy contento en el lugar que había ido, estaban sus abuelos y mas niños.

Pinté al pájaro con unos colores que me regaló la abuela y en la libreta que tío Daniel me dejó prestada, quedamos en que cuando saliera del hospital se la devolvería y papá también se enfadó con el por decirme eso, últimamente está muy sensible, es lo que diría mamá en situaciones así.

Las alas son verdes flojitas, el color preferido de papi.
El cuerpo es azul como le gusta a mi hermano Javier.
La cabeza la pinté morada, mamá siempre dice que es un color especial.
Las patitas rosas porque a mi hermana Meme le gusta que todos los dibujos lleven ese color.
El pico amarillo porque así lo tenía el del cuento y quería que se pareciera en algo a el.

Hice un sol, árboles y un río con mucha agua, el pájaro estaba sobre una gran rama en el río. No puse casas, ni a Danko, creo que el pájaro debe estar solo hasta que llegar a la otra parte del río, seguro que allí habrá mas como el.

Quise firmar mi obra de arte, como diría Javier, siempre lo hago desde que me explicó que lo hacen los artistas, junto a una dedicatoria que me invento, soy muy creativo.

Con cariño para todos los que me quieren:

“ Soy un pájaro que ya no puede volar
navego con un rumbo por el mar
feliz y contento de que he de llegar
a la ciudad de los niños a jugar”

Paco “el pajarillo feliz”



sábado, 12 de diciembre de 2009

María



Se en el lugar que me encuentro, no puedo decir que me sienta perdida ni con ganas de ir hacia otro lado, aquí he de estar, exactamente en este punto. Alguien podría pensar que nunca me fui, estarían equivocados, tu sabes que hubo un tiempo en el que estuve lejos.
Fueron momentos de aprendizaje, no imaginaba que pudiera ser tan duro estar donde me ves.

Mil veces pregunté lo que ahora me preguntan y he de darles la misma respuesta que a mi se me dio, el silencio.
La realidad es que no pueden saber mucho mas, ni es su tiempo ni entenderían lo que ahora se y como recibir esta explicación les molestaría, dejo el silencio como único testigo para quien quiera recogerlo.

La solución no se encuentra en vuestro mundo y desde aquí no es momento de mostrarla. Tampoco se debería llamar solución. Empeñados en ponerle a todo un nombre, de etiquetar las cosas y guardarlas en un cajón.
Eso no ocurrirá con mi casa ni con mi tierra, tampoco las personas pueden guardarse en un cajón, ni estando muertas, es zona de Luz, movimiento...

Todo sucede según se ha marcado, por eso no me siento triste hoy, sabía que pasaría así, como habéis visto.
Mi mirada era el reflejo de la tuya por eso había dolor. Debes ser capaz de entender que no quedé prisionera de nada, soy la misma que era antes pero desde este lado.
Abro exactamente igual que antes abría
les veo lo mismo que antes les veía
y aconsejo de un modo sabio incluso a quienes en su día no me creían.

He visto a familia, amigos, conocidos, visitantes y a quienes me hicieron daño, todos piden poder dar el paso, atravesar la puerta que yo guardo.

Se ha buscado a alguien ahí para hacer mi trabajo, pero ha sido en vano, lo humano parece haber ganado. Entiendo que es un gran cargo del que luego no puedes deshacerte y aunque muchos ayudéis desde otros lados, se necesita que la persona esté siempre presente con todos sus sentidos en la zona que bien conoces.
Cuando la veas, sabrás quien es, no busca fama ni cumplidos, te dirá que me ha visto y te mostrará, si, eso que tu has sabido...

domingo, 6 de diciembre de 2009

El viaje



El viento nos hizo quedar abatidos en una zona difícil de acceder por nadie, sin abrigo aparente para guarecernos de las embestidas del mar.

Mirábamos al cielo temerosos del castigo que parecía querer infringirnos. La bitácora fué arrancada del lado de el práctico mientras se encontraba inclinado observando lo que sucedía, con lantia en mano.

Cabeceábamos como nunca habíamos visto ninguno, lo que nos hacía sentir el miedo de un modo diferente, hasta ahora no vivido en cuerpo propio.
Cerrazón mirases a donde mirases... y esa bruma que helaba tu sangre.
Abandonar no hubiera sido buena elección, lo sabíamos y permanecimos luchando.

Rastrearon mi cuerpo sin suerte, hasta que pude ver el final y llegué a la orilla. Cansado continué corriendo hasta estar dentro de el, su luz era débil, logré arreglarla y miré rezando porque ellos pudieran verla desde donde se encontraban, asi sabrían que no estaban tan lejos como pensábamos de la orilla.
No podía permanecer esperando, corrí de nuevo hacia el mar sabiendo que cada segundo perdido era crucial para salvarles.

A Samuel lo arrastré como pude dejándolo en la arena, lloré de impotencia y desesperación, mi barco ya no podía divisarse. Ni siquiera vi acercarse al farero, que trataba de ayudar a Samuel. Le grité y le dije que había abandonado su puesto, ese error de la luz había acabado con mi tripulación.

"No hubo error en la luz de mi faro, como la viste la sigue viendo todo el mundo, el resplandor que dejaste al salir de él, es el tuyo Sergio".

 


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