Vino caminando hacia mi y te aseguro que no podía creérmelo cuando tendió su mano para estrechar la mía y me saludó. Mi cara debió ser un poema, tardé en reaccionar, ni un simple hola logré vocalizar.
Allí estaba Pablo, el hombre mas altivo, desconsiderado, orgulloso, soberbio, vanidoso, frío... dirigiéndose a mí en un momento como aquel. Su mirada no era la misma, todo parecía diferente, nada tenía que ver con aquel hombre fuerte dueño del mundo y de quien se acercara a él, aparente vencedor, ordenado y excelente en su trabajo, sin sentimientos.
Hablaba sin parar, no podía seguirle, no entendía que hacía ahí ¿acaso nadie mas había podido venir? Sentí algo que mucho tiempo atrás había convivido conmigo, desprecio y rencor, me negaba a oírle.
Pablo: Solo que me quedas tú
Juanma: ¿Porqué?
Pablo: Cada uno de los miembros de mi familia que ha pasado por aquí se han negado a escuchar mis disculpas sinceras por lo que no hice bien en su día, aún así se me dijo que había puesto todo de mi parte desde dentro sin ningún atisbo de duda y que ya podía pasar a otro lugar. Entonces me acordé del daño que te hice en la empresa y del dolor que te causé con el tema de Sofía. Pedí quedarme hasta que fuera tu momento, sabiendo que no entenderías y que no aceptarías mis palabras, se que lo merezco así pero tú necesitabas saber que Sofía te amaba y jamás te engañó.
Juanma: Creo que tus palabras llegan con mucho retraso Pablo y que encontrándonos ya aquí poco pueden ayudarme.
Pablo: Un día será Sofía quien pase y te aseguro que cuando vengas a recibirla no pensarás igual. Siento de verdad no haberme dado cuenta de todo esto antes.
Juanma: No sentí tu muerte, pensé que te merecías el peor de los finales, te odié como a nadie
y deseaba que existiera el infierno para que fueras a él.
No necesitaba escucharte, sabia perfectamente que habías engañado a Sofía con tus mentiras, te conozco bastante bien y si has conseguido engañar a estos de aquí, a mi no lo harás.
No recibirás mi perdón Pablo y si con eso voy al infierno no me importa, no creo que sea peor que el infierno personal que he vivido durante 5 años.
Pablo: ¿Y si consiguiera que regresaras?
Juanma: Sigues siendo el mismo, aún crees que puedes comprar a la gente. Yo fuí quien tomé la decisión de venir y no quiero volver atrás. Esa es la mayor diferencia entre nosotros, acepto las consecuencias de mis actos.
El peor de los infiernos; es el pecado de nuestras conciencias, jamás son perdonadas ni por nosotros mismos
ResponderEliminarMis besos corazón.
Totalmente de acuerdo Silencios, siempre es duro lograr perdonarse.
ResponderEliminarBesitos astrales y mucha Luz!!