
Luis conseguía absorber por completo la personalidad de todo aquel que se propusiera, cuando te dabas cuenta, nada podías hacer, ya que tu voluntad dejaba de pertenecerte o de ser parte del universo para solo servirle a él, aun sabiendo que aquello no era tu deseo, la parte oscura que te dominaba impedía cualquier tipo de decisión. Jamás dejes que se acerque a ti por muy preparada que creas estar, terminará por arrastrarte al mundo en que vive, repleto de engaños, confusión, locura, miedo y tristeza. Sabes mejor que nadie, que apenas hemos parado en ninguna ciudad el tiempo necesario para sentir que éramos parte de ella. Recuerda que por más lejana que sea la voz que escuches decirte que salgas corriendo hacia otro lugar y abandones el que te guarda en ese instante, has de hacerlo, así estarás a salvo.
Madre repetía cada vez que abandonábamos una ciudad que Luis estaba cerca de nosotras. No sentía odio hacia él, pero si estaba enfadada porque no nos dejaba vivir sin perseguirnos una y otra vez, ese gran desconocido se empeñaba en que todo fuera muy complicado.
Me lo imaginaba grande como un troll y cada noche al cerrar los ojos parecía poder olerlo y un frío aterrador se apoderaba de mi cuerpo. Nunca se lo dije a ella, pensaba que entonces tendríamos que salir corriendo hacia otro sitio y quería tenerle frente a mí, luchar con él.

La mañana que la noche pareció ganarle al día caminábamos por el bosque buscando algunos frutos, madre se notaba realmente enferma, me prohibió avisar a nadie porque sentía que él estaba cerca. Lloré hasta que caí desvanecida y al despertar sobre una cama creí que todo había sido un sueño, salí corriendo llamándola, pero ya no estaba, en su lugar una anciana me hablaba de un modo que no lograba entender, su ropa era bonita y su cabello lo recogía en un lado. Había un cuadro sobre la chimenea de un hombre con una escopeta, sus ojos me parecían conocidos, la señora sonreía y le señalaba, entonces se abrió la puerta y el hombre entró.
No lograba descifrar las palabras que salían por su boca, un zumbido ensordecedor se había colado en mis oídos, solo entendí el nombre, Luis.
Por un momento imagínate el terror que invadió mi cuerpo, no podía huir ni sabía qué hacer, corrí hacia la ventana, salté y unos metros después caí a la alberca. Apenas sabía nadar y él no dejó de agitar los brazos gritando ni un solo instante hasta que me hundí por completo.
A madre no puedo verla ¿sabes tú donde se encuentra? con el he pasado mucho tiempo hasta que descubrí parte de lo sucedido en aquellos años. Luis es mi abuelo paterno y tras la muerte de mi padre en aquel accidente del granero, perdió la vista y parte de la movilidad, aún así no paró de buscarnos. Madre estaba equivocada con él y su miedo lleno de rencor a la vez logró terminar con las dos.
Sigo aquí, creo que es mi deber con ellos, queda poco para que la abuela venga, entonces Luis quedará solo de nuevo, pero yo no voy a dejarle nunca.
