martes, 29 de diciembre de 2009

El pajarillo feliz




Siempre juego con los niños que vienen, aunque no se da con demasiada frecuencia, no debe ser bueno que vengan hasta aquí, lo he oído decir a Carlos muchas veces cuando las madres dejan que pasen por el pasillo. “Mejor quedarse en la entrada si tienen que traerlos”.

Aunque a mi me gusta que suban, corremos, saltamos y nos reímos mucho hasta que nos regañan por hacer ruido, ja, los mayores siempre enfadándose por tonterías, como cuando papi le dijo a Don Antonio que estaba enojado por la forma en que había llevado mi caso, recuerdo que era cierto y no dejaba de gritar, mamá lloraba a cada instante y yo me encontraba asustadísimo con aquella situación sin saber bien que hacer.

Don Antonio es un hombre bueno, siempre me dice cosas que me hacen sonreír y estar contento, no creo que papá tenga razón en su enfado, pero como se cabreó tanto, no quise decírselo, a mamá si, y me dijo que pensaba como yo, solo que papá estaba nervioso y no deberíamos hacerle demasiado caso, se le pasaría al rato.

Cuando vino Luisa me contó el cuento del pájaro que tuvo que abandonar su casa para ir a un sitio mas bonito con pajaritos igual que él. Me entristeció cuando se despidió de mamá pájaro, parecía como si nunca fuese a regresar con sus hermanos y a Luisa también la puso triste, al final lloramos un poquito los dos, pero en seguida vi los dibujos y sonreí, se veía muy contento en el lugar que había ido, estaban sus abuelos y mas niños.

Pinté al pájaro con unos colores que me regaló la abuela y en la libreta que tío Daniel me dejó prestada, quedamos en que cuando saliera del hospital se la devolvería y papá también se enfadó con el por decirme eso, últimamente está muy sensible, es lo que diría mamá en situaciones así.

Las alas son verdes flojitas, el color preferido de papi.
El cuerpo es azul como le gusta a mi hermano Javier.
La cabeza la pinté morada, mamá siempre dice que es un color especial.
Las patitas rosas porque a mi hermana Meme le gusta que todos los dibujos lleven ese color.
El pico amarillo porque así lo tenía el del cuento y quería que se pareciera en algo a el.

Hice un sol, árboles y un río con mucha agua, el pájaro estaba sobre una gran rama en el río. No puse casas, ni a Danko, creo que el pájaro debe estar solo hasta que llegar a la otra parte del río, seguro que allí habrá mas como el.

Quise firmar mi obra de arte, como diría Javier, siempre lo hago desde que me explicó que lo hacen los artistas, junto a una dedicatoria que me invento, soy muy creativo.

Con cariño para todos los que me quieren:

“ Soy un pájaro que ya no puede volar
navego con un rumbo por el mar
feliz y contento de que he de llegar
a la ciudad de los niños a jugar”

Paco “el pajarillo feliz”



sábado, 12 de diciembre de 2009

María



Se en el lugar que me encuentro, no puedo decir que me sienta perdida ni con ganas de ir hacia otro lado, aquí he de estar, exactamente en este punto. Alguien podría pensar que nunca me fui, estarían equivocados, tu sabes que hubo un tiempo en el que estuve lejos.
Fueron momentos de aprendizaje, no imaginaba que pudiera ser tan duro estar donde me ves.

Mil veces pregunté lo que ahora me preguntan y he de darles la misma respuesta que a mi se me dio, el silencio.
La realidad es que no pueden saber mucho mas, ni es su tiempo ni entenderían lo que ahora se y como recibir esta explicación les molestaría, dejo el silencio como único testigo para quien quiera recogerlo.

La solución no se encuentra en vuestro mundo y desde aquí no es momento de mostrarla. Tampoco se debería llamar solución. Empeñados en ponerle a todo un nombre, de etiquetar las cosas y guardarlas en un cajón.
Eso no ocurrirá con mi casa ni con mi tierra, tampoco las personas pueden guardarse en un cajón, ni estando muertas, es zona de Luz, movimiento...

Todo sucede según se ha marcado, por eso no me siento triste hoy, sabía que pasaría así, como habéis visto.
Mi mirada era el reflejo de la tuya por eso había dolor. Debes ser capaz de entender que no quedé prisionera de nada, soy la misma que era antes pero desde este lado.
Abro exactamente igual que antes abría
les veo lo mismo que antes les veía
y aconsejo de un modo sabio incluso a quienes en su día no me creían.

He visto a familia, amigos, conocidos, visitantes y a quienes me hicieron daño, todos piden poder dar el paso, atravesar la puerta que yo guardo.

Se ha buscado a alguien ahí para hacer mi trabajo, pero ha sido en vano, lo humano parece haber ganado. Entiendo que es un gran cargo del que luego no puedes deshacerte y aunque muchos ayudéis desde otros lados, se necesita que la persona esté siempre presente con todos sus sentidos en la zona que bien conoces.
Cuando la veas, sabrás quien es, no busca fama ni cumplidos, te dirá que me ha visto y te mostrará, si, eso que tu has sabido...

domingo, 6 de diciembre de 2009

El viaje



El viento nos hizo quedar abatidos en una zona difícil de acceder por nadie, sin abrigo aparente para guarecernos de las embestidas del mar.

Mirábamos al cielo temerosos del castigo que parecía querer infringirnos. La bitácora fué arrancada del lado de el práctico mientras se encontraba inclinado observando lo que sucedía, con lantia en mano.

Cabeceábamos como nunca habíamos visto ninguno, lo que nos hacía sentir el miedo de un modo diferente, hasta ahora no vivido en cuerpo propio.
Cerrazón mirases a donde mirases... y esa bruma que helaba tu sangre.
Abandonar no hubiera sido buena elección, lo sabíamos y permanecimos luchando.

Rastrearon mi cuerpo sin suerte, hasta que pude ver el final y llegué a la orilla. Cansado continué corriendo hasta estar dentro de el, su luz era débil, logré arreglarla y miré rezando porque ellos pudieran verla desde donde se encontraban, asi sabrían que no estaban tan lejos como pensábamos de la orilla.
No podía permanecer esperando, corrí de nuevo hacia el mar sabiendo que cada segundo perdido era crucial para salvarles.

A Samuel lo arrastré como pude dejándolo en la arena, lloré de impotencia y desesperación, mi barco ya no podía divisarse. Ni siquiera vi acercarse al farero, que trataba de ayudar a Samuel. Le grité y le dije que había abandonado su puesto, ese error de la luz había acabado con mi tripulación.

"No hubo error en la luz de mi faro, como la viste la sigue viendo todo el mundo, el resplandor que dejaste al salir de él, es el tuyo Sergio".

domingo, 8 de noviembre de 2009

¿Perdón?



Vino caminando hacia mi y te aseguro que no podía creérmelo cuando tendió su mano para estrechar la mía y me saludó. Mi cara debió ser un poema, tardé en reaccionar, ni un simple hola logré vocalizar.

Allí estaba Pablo, el hombre mas altivo, desconsiderado, orgulloso, soberbio, vanidoso, frío... dirigiéndose a mí en un momento como aquel. Su mirada no era la misma, todo parecía diferente, nada tenía que ver con aquel hombre fuerte dueño del mundo y de quien se acercara a él, aparente vencedor, ordenado y excelente en su trabajo, sin sentimientos.

Hablaba sin parar, no podía seguirle, no entendía que hacía ahí ¿acaso nadie mas había podido venir? Sentí algo que mucho tiempo atrás había convivido conmigo, desprecio y rencor, me negaba a oírle.

Pablo: Solo que me quedas tú

Juanma: ¿Porqué?

Pablo: Cada uno de los miembros de mi familia que ha pasado por aquí se han negado a escuchar mis disculpas sinceras por lo que no hice bien en su día, aún así se me dijo que había puesto todo de mi parte desde dentro sin ningún atisbo de duda y que ya podía pasar a otro lugar. Entonces me acordé del daño que te hice en la empresa y del dolor que te causé con el tema de Sofía. Pedí quedarme hasta que fuera tu momento, sabiendo que no entenderías y que no aceptarías mis palabras, se que lo merezco así pero tú necesitabas saber que Sofía te amaba y jamás te engañó.

Juanma: Creo que tus palabras llegan con mucho retraso Pablo y que encontrándonos ya aquí poco pueden ayudarme.

Pablo: Un día será Sofía quien pase y te aseguro que cuando vengas a recibirla no pensarás igual. Siento de verdad no haberme dado cuenta de todo esto antes.

Juanma: No sentí tu muerte, pensé que te merecías el peor de los finales, te odié como a nadie
y deseaba que existiera el infierno para que fueras a él.
No necesitaba escucharte, sabia perfectamente que habías engañado a Sofía con tus mentiras, te conozco bastante bien y si has conseguido engañar a estos de aquí, a mi no lo harás.
No recibirás mi perdón Pablo y si con eso voy al infierno no me importa, no creo que sea peor que el infierno personal que he vivido durante 5 años.

Pablo: ¿Y si consiguiera que regresaras?

Juanma: Sigues siendo el mismo, aún crees que puedes comprar a la gente. Yo fuí quien tomé la decisión de venir y no quiero volver atrás. Esa es la mayor diferencia entre nosotros, acepto las consecuencias de mis actos.

lunes, 19 de octubre de 2009

Colores



Cuando el oculista dijo a mi abuela que el problema era mayor de lo que habían pensado, me dí cuenta de que el ver colores alrededor de las personas no debía ser nada bueno y no entendía bien el por que de tanto temor ante algo que yo ni siquiera sabía como sucedía.

Lo único que había llegado medio a comprender es que según el tipo de color que les veía, su estado de ánimo, las ganas de hacer cosas, la alegría, la pena o la misma rabia estaban dentro de esa persona.

Aprendí a elegir a mis amigos según los colores que surgían de sus cuerpos, es verdad que algunos cambiaron mucho con el tiempo, me di cuenta que los colores no son duraderos en todo el mundo, es algo difícil eso.

Pasé por tantas pruebas y conocí a tantos doctores que me sería imposible nombrarles, ni siquiera puedo recordar el número.
Padre me dijo casi al final, que dijera que me lo había inventado todo, su luz era tan triste que lloré junto a el hasta que vinieron a llevarme.


Esa fue la única vez que vi mi propia Luz, no era la que habría deseado tener, claro que no, pero parecía que los demás tenían tanto miedo a lo que no entendían que preferían terminar con lo que consideraban era un problema de mi mente.

Los últimos que estuvieron a mi lado fueron la doctora Hontanares, el profesor Herráez y la enfermera Leyre que me puso todos esos cables en la cabeza. Ella estaba muy nerviosa aunque me sonreía todo el tiempo, se que tenía miedo.

El profesor era distinto, su luz no cambió ni una sola vez desde mi llegada al centro y quise decírselo antes de que accionara aquella palanca.
A la doctora no le gustó verle titubear de ese modo ante mis palabras, ella cambiaba de un modo increíble los colores, nunca vi hacer eso a nadie mas. Creo que le habría venido mejor que a mí las famosas descargas.

Recuerdo que cerré los ojos y en mi interior las mariposas formaron un camino repleto de luz, las había de todos los colores, como las que tienes en casa.

No hubo dolor, aunque si me dio miedo cuando vi que no conseguía respirar, entonces él me dijo que no pensara en eso y siguiera los colores que siempre me habían guiado. El bosque estaba repleto de árboles verdes, de animales que caminaban lentamente, de rosas, margaritas, tulipanes, crisantemos...

Me senté a contemplar esa mezcla tan maravillosa, ahora podía hacerlo sin temor a nada, ya no existía ningún problema por ser capaz de ver los colores.

viernes, 25 de septiembre de 2009

Logré ser persona



Mi madre solía decir que me educaba ante todo para que fuera persona, no la entendí hasta que fuí mayor, aunque es cierto que imaginaba el término de persona como algo grande e importante y dudaba seriamente en poder cumplir ese deseo ¿y si nunca lograba ser persona? Fué una época complicada en la que me esforcé por superar las expectativas que mi madre soñaba.

Ella me preparó lo mejor que pudo y supo, sus valores cimentaron mi existencia. Gustaba escuchar lo que había vivido, conocer y aprender con la misma inteligencia cultural que poseía. Me enseñó a elegir de manera correcta, sabiendo que aunque lo que deseo tarde en llegar, lo hará, hay que saber esperar, requiere ser maduro y sobre todo estar motivado, no perder la ilusión.

Conocí a seres humanos que jamás llegaron a ser personas por mas que ellos lo creyeran, no sabían convivir ni siquiera con si mismos.
El que no sabe lo que quiere es imposible que logre ser feliz, tampoco quisiera dar clases ahora, no fuí maestro porque nunca me gustó convencer a nadie ni obligar a hacer cosas que uno no sintiera. Pero es cierto que alcancé la felicidad en muchos momentos al comprobar que había logrado lo que deseaba.

Fuí médico, me dedicaba mas a los niños, no quería que a ninguno le sucediera como a Lucía, mi hermana melliza, murió con 4 años y madre nunca supo que le sucedió. Padre quedó sumido en un terrible anhedonia que terminaría con él 2 años después. En ese tiempo Lucía permaneció con nosotros aunque solo yo podía verla, ahora comprendo que el dolor de padre no la dejaba marchar, lo se porque me pasa igual a mi con Elisa, mi hija pequeña.

Me siento en su cama y Lía sonríe, la tristeza desaparece de sus lindos ojos melosos y siento que aún no puedo dejarla. Es lo único que me mantiene aquí, no me queda nada por cerrar ¿quién tapara a su inseparable Betsi, si me marcho?

viernes, 4 de septiembre de 2009

Sigo ahí




Todo el tiempo viví temiendo la llegada de la muerte, tan solo duró un breve instante, el mismo en que fui feliz. Debería haber sucedido mucho antes, quizá conseguí desviarme del camino que me llevó a ella, solo huí porque tenía la firme convicción de que todo podía cambiar en unos años.

Ana era la mujer con la sonrisa mas tranquilizadora que nadie pudiera poseer, una de tantas virtudes por las que me enamoré de ella. Ni un solo día dejé de recordarla.

Aprendí que en realidad no decidimos nosotros, cuando quise ir al norte la lluvia arrastró el puente y con él los planes que había logrado trazar durante la noche. En el mismo momento que vi positiva la idea de pasar inadvertido entre los feriantes que llegaban a la ciudad, el incendio hizo que tuvieran que marcharse.

Fueron muchas situaciones las que cambiaron mi modo de entender lo que algunos llamaban destino y aunque mi cuerpo caminaba, comía y dormía, mi alma había muerto cuando salí de mi pueblo, ni yo mismo podía reconocerme.

Mi corazón no entendía la razón de lo que me estaba sucediendo, pensaba diferente a la mayoría, era un adelantado a mi tiempo como dijo aquel cabo, Julián, de mirada paralizadora y eso me condenaba como criminal peligroso que no merecía ser juzgado.
La condena había sido firmada años atrás, siempre lo supe, por eso cuando disparó no bajé la mirada, no le veía a él.
Me encontraba sentado con mi mujer en la fuente de la plaza grande, me decía que podría escribir historias que los demás leerían sentados en sus casas, yo bromeaba sobre las caras que podrían si decía algo inconveniente o inesperado. Le dije que sorprendería a todo aquel que leyese la historia de mi vida, conseguiría que un escalofrío rozara su alma sobre todo de quien lograra verme...

Creo que un día seré, seremos encontrados y la paz jamás nos abandonará.


domingo, 16 de agosto de 2009

Ahora si




Me miró y me dijo que expresaba demasiado mis emociones, algo poco normal, ya que el hombre debe ante todo pensar. Tras la conversación, que podríamos llamar mejor, monólogo, llegué a pensar (haciendo caso a su palabras) que el quería que fuese una planta, así no molestaría, debería quedarme quietecita sin hacer ruido y por supuesto esperando que me regara para que fuera creciendo, siempre a su gusto, para ser mostrada cuando le apeteciera y escondida si no había necesidad de que fuera vista por algunos de sus fascinantes amigos. Si, si, esos que educan maravillosamente a sus críos, lo típicos niños que nunca lloran, ni gritan, pasan todo el tiempo durmiendo y por supuesto, no se mueven, lo dicho, maravillosos ¿no?

Yo no quiero parecerme a ellos, no estoy dispuesta a sufrir un conflicto cuerpo-mente a estas alturas de mi vida “emocional”, me gusta comunicarme tal cual soy y creo que pensar-hacer-sentir va unido.

Ellos siguen empeñados en acabar con todas las emociones, ya que no saben cual es la culpable, no salvarán a ninguna, menudo razonamiento ¿verdad? Aunque visto desde fuera puede resultar cuanto menos curioso, es cierto.

No conseguí ser lo que esperaba de mi y se empeñaba en decir una y otra vez el daño que le causaba, lo mal que me portaba, las mentiras que tenía que pronunciar por hacerme quedar bien ante los demás, lo infeliz que era a mi lado, lo que yo había resultado ser en realidad... Día a día minaba mi autoestima y destrozaba mi corazón. Hasta que decidí que no podía continuar así y le hablé sobre una separación, por supuesto era lo mas razonable, no había quien aguantara la situación durante mas tiempo, me había quedado sin amigos, sin familia que quisiera saber nada de lo que pasaba porque yo les había ido alejando poco a poco y no quería que mi hija naciera en aquel infierno y se convirtiera quizá en uno de ellos.

Los insultos llegaron acompañados de golpes, su mirada era la de alguien diferente a la persona que había conocido años atrás, por mas que le pedía que dejara de hacerlo, apretaba mas y mas mi barriga gritando que no era suyo. Desperté en aquella fría habitación blanca, no podía moverme y un tubo salía de mi garganta, tardé un rato en darme cuenta de lo que había pasado o de lo que yo creía que había pasado y le vi de pie al lado de la silla, tranquilo, hablando con el médico sobre lo duro que era todo aquello y que habría que ser fuertes, mi caída había provocado la muerte de mi hija y esperaban mi recuperación para que la policía pudiese hablar conmigo sobre aquel accidente, pero yo estaba mal y las próximas 48horas eran cruciales.

Cuando se marchó se acercó sonriente y me susurró despacio, para que recordara cada una de sus palabras “ la niña ha muerto ¿la ves ya?”

lunes, 6 de julio de 2009

Para Clara y José



Ir a la escuela era algo que me gustaba hacer, sobre todo las clases con la señorita Elisabeth, eran muy divertidas, Susi y yo nos reíamos siempre con las explicaciones que nos daba la maestra.
Llegábamos las primeras para jugar en los columpios del jardín y Carolina no consiguió ganarnos en las carreras aunque se esforzaba por hacerlo siempre. Mamá solía decir que nuestras zapatillas tenían alas mágicas de hadas y por eso éramos tan rápidas.

Cuando no pude ir al cole venían a visitarme a casa y me sentía muy feliz escuchándoles, no me importaba tener que estar en cama, ni siquiera me acordaba de que no podía moverme.

El señor Ramón les dijo a papá y mamá el nombre de lo que me pasaba, todos enmudecieron ese día y aunque no entendía nada, comencé a hablar con diminutivos porque mi enfermedad me hacía pensar en un ser pequeñísimo y muy feo. Susi se reía cuando empecé con mi plan, seguro que ese nombre tan horrible se marcharía a otro lugar. Le decía Susinitis haz un dibujitis y veía como su boca se abría una y otra vez sin parar, incluso me parecía oír su risa, ya que la conocía a la perfección.

Mamá inventó el juego de escribir en una pizarra pequeña que nos prestó Eli, así era más fácil para mí, ya que a veces me ponía nerviosa no entender lo que los demás querían decirme, sobre todo cuando venían mis amigos a jugar.

Una mañana me sentí triste, aunque mamá me tocaba no podía verla y sentí mucho miedo como en el cuento del niño ciego que se pierde en un bosque y no logra salir de él.

Entonces alguien me habló, era una voz conocida y sin saber qué sucedía le entendí y el terror ante lo que me había pasado al despertar, desapareció.
Podía hablar con mamá y papá, ellos me escuchaban y apretaban mi mano para que lo supiera. A mi lado también estaba Sara, la voz que había oído y a quien si podía ver todo el tiempo. Era la hermana pequeña de Susi, hacía dos años que el río la había arrastrado cuando la tormenta con mucha fuerza se llevaba todo lo que encontraba a su paso.

Aquella mañana Sara dijo que teníamos que irnos, cuando cerraba los ojos podía correr y jugar de nuevo y me sentía muy bien haciendo todo tipo de actividades junto a muchos niños y personas mayores, el parque huele a tierra húmeda y hay muchas de las flores preferidas de tía Laura.

Si mamá llega hasta aquí de la forma casual que sea, le digo que la quiero mucho y a papá también, siento no haber podido despedirme de otro modo y espero que no estén enfadados conmigo.

jueves, 25 de junio de 2009

Luz



Llueve, hace frío, el color del cielo ya no cambia, es ceniza, sabes que no me gusta así, aunque no lo digo, no me quejo de eso.

Alguien se acercó y al tomar mi mano una extraña energía entró en mí ¿es acaso la felicidad? No lo sé, mi respiración es diferente, podría decir que mas pausada, sin necesidad de que sea rápida, la luz hace que todo cambie.

He pasado demasiado tiempo a la espera de un final que en realidad solo era un comienzo. Ya no hay sufrimiento en este cuerpo que ajeno a cualquiera de mis pensamientos se negaba a tomar en cuenta alguno de mis deseos por continuar.

El dolor me convirtió en una persona terriblemente seria, necesario para ocultarme y no hacer más daño a quienes nunca me abandonaron, pero no dejé que venciera mi deseo de curarme, aún sabiendo que era muy difícil que así sucediera.

Hacía demasiado que las lágrimas no acompañaban a mis lamentos, condenada a pensar cada minuto en la muerte, te confieso que ha sido la parte más dura, eterno tiempo despierta, temblando, aguantando la fina hoja del cuchillo que no dejaba de clavarse en todas las partes de mi cuerpo y alma.

Cuando soñaba me quedaba en blanco, no había recuerdos aparentes, hasta el sufrimiento enmudecía observando mi incansable confianza en la vida.

El mundo no sabrá que me he ido, pasamos de puntillas por él, nos lo cuentan sabias personas que escriben en momentos difíciles, casi siempre a la espera de la muerte. Solo si vives algo parecido puedes entenderlo, de otra manera sería imposible vivir con tanta pena.

La brisa entró en mí, exploré un lugar sin disfraces...

martes, 16 de junio de 2009

Iratxe


Era martes, hacía tanto frío que no conseguía que mis manos entrasen en calor, sudaba de un modo extraño, jamás me había sucedido nada parecido. Viajaba a Madrid por motivos de trabajo, era considerada dentro del partido como una mujer moderada, que nunca confundía lo personal con lo político, algo muy difícil de conseguir por lo que veía a mi alrededor.

La ilusión representaba un gran esfuerzo, había que mantenerla para que el resto, los que venían empujando sin demasiado optimismo ni ganas de creer en lo que hacíamos pudieran algún día lejano o no luchar por convicciones propias reales de libertad.

Mis creencias eran innatas, quizá el odio también lo fuera. Perder a mi padre sin apenas conocerle marcó la etapa mas importante de mi crecimiento. Antxia, como solo yo le llamaba me enseñó lo mas valioso que un hijo debe saber, todo lo hacía por un futuro mejor para mí.
Me quedo con su mirada tranquilizadora y su saber estar con todo tipo de personajes que pasaron por casa.

Crecí sabiendo que no tendría hijos para no causarles el tremendo dolor que la pérdida de Antxia y Mirentxu produjeron en mi adolescencia.
El mundo lo cambiaría para los demás, nada sería mío, por lo que a nadie podría causar perjuicio sentimental.

Asumo mis conocidas relaciones con hombres del partido, acontecimientos puntuales que sólo desmarcaron en una ocasión, el coordinador. Incentivó con elogios intelectuales mi capacidad de tomar decisiones definitivas para movilizar a nuestros seguidores. Supo atraerme al terreno mas difícil de controlar, el amor real. Puedo decir que fué la persona que mas supo de mi, lo débil que era en realidad, clarificó mis sentimientos de una forma increíble y yo dejé que aquello sucediera porque lo necesitaba en ese momento. No me arrepiento de nada de lo que un día pude hacer.

Algo debió suceder porque el viaje que ya se suponía clandestino cambió el destino inicial y con ello la poca comodidad que había mantenido desde mi salida de casa. Al ir sola era mas fácil mi traslado, pero la sensación que me invadía desde el momento que se dio el cambio, me hizo saber que aquello tendría un mal final.

No oigo hablar, llevamos demasiado parados, un estremecimiento conmueve todo mi cuerpo, se abre el maletero del viejo “patos”.
Esto sucede a veces, aunque no por ello es menos doloroso. Moriré a manos de los míos, como parece ser sucedió a mi padre ¿ por qué combaten entonces? Que complejos son sus sueños, sacrifican la libertad condenándonos a quienes trabajamos fortaleciendo los verdaderos ideales.

No habló, pero supe con tristeza quien era. Sus manos regordetas sudaban mientras arrastraban mi cuerpo hacia aquella fosa que parecía haber sido cavada con rapidez. Bajito, gordo, calvo, le pesa la pala. No se molestó en quitarme ningún objeto que pudiera servir de identificación, mi colgante turquesa, mi anillo de flor, la ropa siguen estando en el mismo lugar.

Guardo una llave que logré quitarle en el forcejeo, junto a un botón de chaqueta que había en el maletero. Mi puño quedó cerrado como una verdadera caja fuerte.
Nadie va a buscarme, sin familia ¿quién lo haría? ¿acaso alguien del partido sería capaz de cuestionar ésta decisión?

La cabaña es pequeña, tres ventanas, los árboles la ocultan bastante bien, aunque no está demasiado lejos de la carretera ya que podía escuchar el sonido de un tráfico poco frecuente.

Llevo mucho tiempo aquí, no puedo irme y aún no se por qué ¿crees que tienen que encontrarme para que eso suceda?

viernes, 5 de junio de 2009

Decisiones


Recuerdo que ir hasta allí siempre había producido en mí una agradable sensación de tranquilidad acompañada de una buena dosis de sonrisas internas. Ir sola era habitual y casi mas provechoso que hacerlo con los niños, no paraban de hacer ruido y aburrirse, que llevaran las nintendos me parecía atroz, por lo que era una de las pocas cosas que tenían prohibidas y que aceptaban cuando querían venir conmigo al valle.

Cuando eran pequeños su padre y yo les contábamos historias de magos que les parecían fascinantes, sus ojos brillaban con la ilusión que solo los niños, puros de alma, poseen.
Le prometí a Gregorio que las aguas del olvido nunca cubrirían el lugar que tanta felicidad nos había proporcionado años atrás. Era el amor lo que nos mantuvo unidos, nunca dependencia, pero con su muerte mi vida cambió y no se si supe en realidad hacer las cosas bien. He necesitado su fuerza cada mañana para lograr levantarme y absolutamente todas las noches para poder dormir.
Dificulta continuar el hecho de que tus hijos juzguen todo el tiempo cuando actuás como mamá y cuando pareces copiar a papá. Se que para ellos es muy duro por eso trato de que no olviden la forma de ser de su padre y con el alma rota actúo en ocasiones tal y como él lo hacía.


La vida guarda sufrimiento y felicidad en cofres diferentes, puede que a veces los mezcle demasiado bien y por eso nos cuesta tanto saborear la alegría. Aún así, nunca debemos rendirnos.
Gregorio era un excelente corredor, madrugaba mas que nadie porque decía que no quería desperdiciar ni un solo minuto de su vida. Era muy activo, yo le decía que hiperactivo mas bien.
La enfermedad no le hizo ser diferente, aunque no podía correr, caminaba siempre que se encontraba con fuerzas. Si no podíamos ir a un concierto, lo improvisábamos en casa aunque él tuviese que estar sentado. Cuando perdió parte de la visión, los niños se peleaban por leerle el periódico los domingos y Sonia le dibujó una vela mágica para que le guiara.
Siempre adaptándose a la situación sin quejas ni reproches. Fueron momentos duros, pero nunca bajamos la guardia, los niños eran lo primero.
Aquella mañana fría, prometí seguir luchando por ellos y no dejar de hacerlo nunca. Dije que tendría que verles casados y felices con sus nuevas vidas.
No sabía que yo también tendría que marcharme pronto, dijeron que no puedo estar aquí mas tiempo, he decidido regresar hasta que sepa que nada les va a faltar, después le buscaré y estaremos juntos de nuevo.

lunes, 1 de junio de 2009

Blanca desapareció



Si fuera un sueño ¿lo viviría tan real? Es una desorientación lo que convive conmigo desde hace no se cuanto, ni siquiera recuerdo cuando fue la última vez que hablé con alguien. Da miedo pararse un instante e intentar comprender que me ha sucedido.

No importa salir corriendo mientras escuchas tu respiración agitada, ves a los demás tranquilos paseando sin prestarte la mínima atención, absortos en sus conversaciones, sus músicas, sus pensamientos ¿cuales serán?

Si decido caminar observándolos tampoco se fijan en mi, es como si fuera invisible, son incapaces de ayudarme por mas que les grite completamente asustado, lo estoy, de verdad que si. Tengo pánico a esta soledad que no quiere abandonarme y se empeña en cubrirme cada mañana aun sabiendo que no la deseo.

¿Por qué Blanca no está? Dijimos para toda la vida, pero algo debió ir mal cuando no logro reunirme con ella ¿qué hice? ¿cual fue mi gran error para este terrible castigo? Una y otra vez regresando a este maldito banco, no logro salir del parque ¿qué ha cambiado?

He estudiado cada movimiento que realizo desde que amanece hasta que la noche cubre los árboles.
No se que es lo que hago mal, en alguna parte debe residir el fallo. Al principio creía que se debía a las personas que vienen aquí, luego comprendí que no estaba en ellas porque entraban y salían libremente sin ningún tipo de problema.

También seguí a algunos que me parecían raros porque apenas hacían movimientos y permanecían en las mismas posturas horas y horas. Sus miradas me apenaban y si estaba mucho tiempo cerca de ellos retrocedía a situaciones vividas con anterioridad donde por alguna razón yo no había actuado deacuerdo a mis principios. Me sentía mal interiormente, reviví el día que terminé la relación de amistad con Pedro aun sabiendo que el no había participado en mi despido. ¿Dónde estaría ahora? Habían pasado 10 o 15 años desde aquello y nunca fui capaz de llamarle para hablar con él.
¿Seguiría con Inma? ¿Tendría hijos? Fue el mejor amigo que tuve, la persona mas íntegra que he conocido, el padrino de mi boda, quien mas me ayudó cuando apenas nadie creía en mí ¿cómo pude olvidarlo todo y dejarme cegar por la rabia? Dejé pasar los días sin hacer nada por recuperar algo que si era valioso para mi.

No puedo decir que haya sido un sueño porque no creo que haya soñado despierto, aunque si me dices que es cierto terminaré por creerlo. Ví a Blanca a mi lado en este banco, parecía asustada, se avalanzaba sobre mí una y otra vez. Yo estaba perplejo ¿qué le sucedía? Al levantarme, ella seguía igual, corrí pidiendo ayuda sin saber bien que era lo que mi mujer necesitaba, di vueltas y vueltas al parque, nadie me escuchó, al regresar, la ví subirse llorando en la ambulancia.

Es muy confuso esto, no logro entender bien que ha sucedido...

miércoles, 13 de mayo de 2009

No me marcho


Luis conseguía absorber por completo la personalidad de todo aquel que se propusiera, cuando te dabas cuenta, nada podías hacer, ya que tu voluntad dejaba de pertenecerte o de ser parte del universo para solo servirle a él, aun sabiendo que aquello no era tu deseo, la parte oscura que te dominaba impedía cualquier tipo de decisión. Jamás dejes que se acerque a ti por muy preparada que creas estar, terminará por arrastrarte al mundo en que vive, repleto de engaños, confusión, locura, miedo y tristeza. Sabes mejor que nadie, que apenas hemos parado en ninguna ciudad el tiempo necesario para sentir que éramos parte de ella. Recuerda que por más lejana que sea la voz que escuches decirte que salgas corriendo hacia otro lugar y abandones el que te guarda en ese instante, has de hacerlo, así estarás a salvo.

Madre repetía cada vez que abandonábamos una ciudad que Luis estaba cerca de nosotras. No sentía odio hacia él, pero si estaba enfadada porque no nos dejaba vivir sin perseguirnos una y otra vez, ese gran desconocido se empeñaba en que todo fuera muy complicado.

Me lo imaginaba grande como un troll y cada noche al cerrar los ojos parecía poder olerlo y un frío aterrador se apoderaba de mi cuerpo. Nunca se lo dije a ella, pensaba que entonces tendríamos que salir corriendo hacia otro sitio y quería tenerle frente a mí, luchar con él.


La mañana que la noche pareció ganarle al día caminábamos por el bosque buscando algunos frutos, madre se notaba realmente enferma, me prohibió avisar a nadie porque sentía que él estaba cerca. Lloré hasta que caí desvanecida y al despertar sobre una cama creí que todo había sido un sueño, salí corriendo llamándola, pero ya no estaba, en su lugar una anciana me hablaba de un modo que no lograba entender, su ropa era bonita y su cabello lo recogía en un lado. Había un cuadro sobre la chimenea de un hombre con una escopeta, sus ojos me parecían conocidos, la señora sonreía y le señalaba, entonces se abrió la puerta y el hombre entró.

No lograba descifrar las palabras que salían por su boca, un zumbido ensordecedor se había colado en mis oídos, solo entendí el nombre, Luis.
Por un momento imagínate el terror que invadió mi cuerpo, no podía huir ni sabía qué hacer, corrí hacia la ventana, salté y unos metros después caí a la alberca. Apenas sabía nadar y él no dejó de agitar los brazos gritando ni un solo instante hasta que me hundí por completo.

A madre no puedo verla ¿sabes tú donde se encuentra? con el he pasado mucho tiempo hasta que descubrí parte de lo sucedido en aquellos años. Luis es mi abuelo paterno y tras la muerte de mi padre en aquel accidente del granero, perdió la vista y parte de la movilidad, aún así no paró de buscarnos. Madre estaba equivocada con él y su miedo lleno de rencor a la vez logró terminar con las dos.

Sigo aquí, creo que es mi deber con ellos, queda poco para que la abuela venga, entonces Luis quedará solo de nuevo, pero yo no voy a dejarle nunca.

lunes, 11 de mayo de 2009

Moisés y Josué



El alba invitaba a caminar por la parte más tranquila y deshabitada del lugar donde yo vivía. Pasaba largas horas andando algo perdido, sin rumbo aparente pensando en todo lo que estaba ocurriendo, pidiéndole en parte ayuda al padre, para saber qué decir a tantas personas que venían a mí creyendo que tenía todas las soluciones a sus preguntas. Algo mareado decidí sentarse cerca del río, enseguida llegarían las lavanderas y con sus cánticos mi alma se elevaría acompañada de esas voces celestiales.

Una vez hace ya tiempo, el antiguo párroco del pueblo, convencido de que era cierto lo que él mismo había hecho creer a los aldeanos, me dijo que jamás lograría sustituirlo si la gente no confiaba plenamente en mi don por conocer absolutamente cada una de las respuestas. Recuerdo que sentí miedo al verle pronunciar aquellas palabras, ese día le vi como alguien diferente a lo que siempre había creído que era. Solo Dios conoce eso de lo que él aseguraba saber ¿entonces?

Mis dudas contínuas le volvían loco, tanto que llegó a mandar varias cartas a sus superiores diciendo que no me veía capaz de continuar con la obra en el pueblo, sentía que no había fe real en mi y que ningún ciudadano iba a creer en mis palabras, yo venía a ser algo como una mala hierba que había que desechar.

No miento si digo que hubo un tiempo en que incluso yo mismo creí lo que él se empeñaba en hacerme pensar, pero como todos los designios del maestro, mi ordenación acabó por realizarse una fría tarde de octubre, con la plena confianza de que realmente había sido llamado por el ser mas grande que existe.

A don Jacobo, como siempre le gustaba que se dirigieran a él, le faltó una dosis de humildad en todo el tiempo que permaneció con nosotros. Un cura de ciudad que fue obligado a pasar gran parte de su vida en un pueblo pequeño que subsistía gracias a la agricultura y donde la mayoría creía poco en lo que representaba. No consiguió demasiado en su lucha por hacerles sentir de verdad y eso terminó con él, creyó ser un fracasado en su particular batalla.

Quise cambiar muchas cosas que sentía no eran las correctas, por eso continúe trabajando en el campo junto a mi familia, seguir manchándome las manos con la tierra no era algo sucio a ojos del que todo lo ve.
Madrugaba mucho más que el resto para que mis quehaceres espirituales no quedaran en un segundo plano, siempre eran lo primero, así lo había decidido yo mismo. Pedía que al dirigirse a mí lo hicieran por mi nombre y si les incomodaba, me llamaran padre, pero que no utilizaran Don.
Eso daba la impresión de poner una barrera, de crear distancia entre quienes eramos hermanos a los ojos del Señor, ¿acaso a Él le decimos Don Jesús? El respeto si es sincero es capaz de atravesar lo que no vemos, quienes creen en Él saben que es cierto.

Conseguí mucho con gran esfuerzo, personas que jamás habían pisado la iglesia venían con interés sincero de aprender y escuchar que palabras podía transmitirles en nombre de un ser desconocido por ellos, de un hombre que había muerto luchando por la igualdad, los derechos del ser humano, la vida sin distinción ninguna, alguien que entregó su futuro aún sabiendo que muchas personas no entenderían nunca su significado.

Leía pequeños párrafos de la biblia, los cuales después solía convertir en historias adecuadas a la poca base cultural que la mayoría poseían. Ver a tantas personas atentas a mis palabras sabiendo que en verdad las comprendían hicieron que sintiera que mi camino era el correcto.
Los niños disfrutaban cuando podía hacer que intervinieran en mis relatos. Quizá si hablo del último que hice, desde ahí, entenderéis mejor qué sucedía en nuestra iglesia.

Quería que entendieran cómo Dios se dirigió a Moisés para advertirle de lo que sucedería tras su partida, que pidió que Josué fuese junto a la tienda de la reunión y desde allí explicarles qué hacer.

José, el hijo del panadero, quien llevaba años siendo un gran monaguillo, hacía de Josué. Andrés, el mayor de los hijos del boticario, hizo de Yavé y yo actúe como Moisés. Los niños casi nunca debían hablar, es mas complicado cuando ellos han de aprenderse un texto, pero en esta ocasión Andrés lo hizo muy bien.

José y yo permanecimos en la parte izquierda del altar y Andrés vino andando lentamente y se quedó en el centro, entonces dirigiéndose a mi, dijo: “ya vas a dormir con tus padres, el pueblo me abandonará y romperá la alianza que tengo con él, entonces yo le abandonaré y muchas desgracias caerán en él.
Que los israelitas lo sepan, escríbelo Moisés".

Mi cara era de satisfacción. El niño, metido en el papel del padre, se veía entristecido y José lloraba a mi lado agarrado a la sotana con fuerza y me miraba algo asustado. Entonces mi fiel monaguillo, mientras la gente aplaudía, me dijo: "padre, yo continuaré siempre su obra, no tema a la muerte".

¿Acaso no os da que pensar cómo un niño que desconocía quién era Josué pudo tener tan sabias palabras conmigo un día antes de que yo falleciera?
 


Design by: Blogger XML Skins | Distributed by: Blogger Templates | Sponsored by Application Monitoring