miércoles, 24 de marzo de 2010

Salid del Circulo VII



Me considero culpable en parte de la muerte de mi hija, eso es algo que llevaré dentro, pero siempre luché por cambiar la situación, sobre todo con los niños. Lo hacía de otra forma, cuidando mucho mas mis actos, temiendo siempre por ellos, como cualquier madre, bueno quizá no como cualquiera después de lo vivido con ella.

Siento que no voy a poder finalizar lo que empecé y no se que decir para no equivocarme, que es lo realmente importante para que se entienda en el grado que se necesita. Podría decirte mucho y a la vez nada, porque todo es importante en el momento en que sucede ¿ y después? He vuelto miles de veces al día en que Samanta se marchó, pero jamás he podido hacer que regresara.

Quiero que veas a Pablo, que intentes ver mas allá y observes algo que supuestamente tiene desde su nacimiento y que yo se que le hicieron ellos aunque no pude verlo en su momento, siempre hacen lo que la familia tiene impuesto sin importar mentiras ni actos deshonestos, el circulo bien lo vale todo. Uno de los juramentos al entrar es la lealtad siempre a cada uno de los miembros, anteponiendo los de mayor grado sin dudarlo, sin importar parentesco (humano) ni por supuesto afinidad. No puedes poner en duda nada que venga de mas arriba tuya, actuar ciegamente ante cada palabra dicha o escrita por quien sabe y sabrá mas que tu. Somos insignificantes ante sus ojos, por lo que debemos agradecer que nos mire y quiera compartir su gran sabiduría con nosotros, de la manera en que vea correcto hacerlo y sin oponernos nunca.


Fui sometida al desprecio por muchos, al maltrato físico por otros el día en que me negué a estar con el. Quiero dejar claro que mas me duele a mi contar lo sucedido, que me pasara sin ser un sueño, sabiendo que era tan real como mi triste vida allí. Pasé por todo lo que una persona puede pasar, pero no dejé que me quitaran mi dignidad sin oponerme a ello.
Debía creer que porque el resto me mirase mal y hablase a mis espaldas de mi, iba a cambiar la postura que había tomado ante su orden, en realidad poco me conocía para llegar a esa falsa conclusión, jamás iba a dejar en pleno juicio que me tocara. Si mi marido había terminado de perder los valores que tuviera, yo no lo iba a hacer ¿cómo podía mirarme a la cara?
Yo nunca me había metido en la vida de nadie, si ellos querían someterse a aquello eran libres de hacerlo, de hecho muchos lo hicieron con agrado, por supuesto engañados por un mas allá repleto de bendiciones otorgadas gracias a las maravillas de nuestro líder. Con tres hijos, ya en el mundo terrenal solo con dos, no iba a permitir semejante atrocidad.

Ahora espero un final que no tardará en llegar aunque he pasado un tiempo aferrada a la espera de una ayuda para mis hijos, queriendo creer que podía ponerme bien, que haría lo que dijesen por mis hijos. Pero veo demasiado claro que eso no podrá suceder, que mis días se terminan, me entristece pensar que ellos me olvidarán porque me borrarán de sus memorias al igual que a su hermana, me entristece que Carlos no haya sido capaz de ayudarme, ni siquiera de venir un día a verme, se que sabe donde estoy ¿serán mis hijos un día como él o alguien será capaz de contarles mi historia cuando sean lo suficientemente maduros para comprenderla? ¿cuantas personas deberán pasar por situaciones parecidas a la mía? Solo tengo 38 años y una vida de sueños rotos sin derecho a ser arreglados.

Ella si viene, como para cerciorarse de que sigo aquí, con sus guantes negros y su helada mirada me asusta tanto como antes, es en ese momento en el que permanezco junto a mi cuerpo tratando de no irme, es difícil explicar la sensación, sintiendo su odio, escuchando sus palabras que aun me hacen daño y aguantando hasta que abandona la habitación. Siempre a oscuras, solo esa pequeña lámpara que encienden cuando entran a ¿verme? ¿asegurarse que no he despertado? Oigo perfectamente y siento su energía. Ella habla de lo contenta que está, ha ganado la batalla, le ha buscado a Carlos otra mujer que si estará a la altura, solo será cuestión de días para que su hijo acepte la situación, por supuesto, los niños están encantados con ella, tranquila, tranquila que de ti no se acuerdan, ya les dije que te has vuelto a portar mal como cuando dios se llevó a Samanta solo que esta vez la abuela fue mas rápida y consiguió que en vez de a ellos se te llevaran a ti misma. Su frialdad diciendo esas palabras era ya normal en ella, eso que ni sabe que puedo escucharla, aun así disfruta cada vez que entra al cuarto. No me toca, debe de darle algo de miedo, eso me gusta, que sienta al menos una parte de lo que ella es capaz de causar en muchas personas, permaneces allí alejada mirándome, soberbia, altanera pero asustada a la vez, como si yo pudiera ser capaz de levantarme y saltar de la cama hacia ella. Solo estará tranquila el día que desenchufe la máquina ¿sabes? Ahora yo también se que lo estaré porque tu me has enseñado a ver que se pueden cambiar algunas cosas, que hay personas capaces de ayudarnos sin ni siquiera conocernos, se que no estoy sola al igual que tu no lo estás. Quiero que un día se sepa mi historia, hasta entonces continuaré el tiempo que pueda ayudándote a entender que son o creen ser el círculo.

miércoles, 10 de marzo de 2010

Salid del Circulo VI


Admito que creía que esto era solo un sueño, una parte mas de mi final, que no estabas ahí y solo te había imaginado para que pudieras dar a conocer mi vida. Pero si estás, soy capaz de llegar, verte sentada escribiendo, tus ojos se transforman y se cubren de la enorme tristeza que fueron la mayor parte de estos años. Agradezco el esfuerzo que hacéis y aunque debería quedarme mas tiempo explicándote mas y mas detalles, se que te agotaría y no quiero hacerte daño. Espero y deseo que me permitan seguir aquí por el tiempo necesario para transmitírtelo todo. Siento que no estoy sola desde el instante que me viste en aquel cuarto, si, era yo a la espera de lo que aun no ha llegado, por eso no puedo demorarme y a la vez debe esperar a ser visto el resto para que ellos no puedan leerlo antes de que termines de saberlo todo. Se que ya nada te parece extraño, por eso te pido que confíes en quienes has sentido que debes hacerlo, no temas, están ahí porque son tan necesarios como tú.

Yo no soy especial, si he sido muy desgraciada al tomar la decisión de entrar, pero gracias a eso nacieron mis hijos aunque Samanta sufriera tanto se que también fue feliz, cuando me abrazaba su amor era capaz de darme la fuerza necesaria para continuar mi lucha, nuestra lucha. Hablaba mucho cuando estábamos solas, era una niña con imaginación, muy ocurrente y dibujaba como los ángeles, de verdad que si, no es amor de madre porque lograba que al mirarlos la emoción llegara a ti. Le gustaban las flores, las mariposas, las mariquitas, las hormigas... todo ser viviente era bienvenido en casa gracias a ella. No quería que tuviéramos pájaros ni nada enjaulado ¿sólo para mirarlo nosotros mamá? Solía decir cuando hablábamos de aumentar la familia con algún animalito, no sería justo, que egoístas tenerlo encerrado, a mi nome gustaría que me tuvieran en mi cuarto sin poder salir nunca mami.


Me emocionaba su forma de razonar, aun sabiéndolo, Alejandra trajo a casa una pareja de hamster, solo era para que los niños observaran lo listos que son los animales, seguro que Samanta se emocionaría el segundo o tercer día de que estuvieran allí. Carlos y los niños se pasaban las horas con los ratones, les compraron una jaula enorme de dos plantas con un sinfín de entretenimientos. Ni la niña ni yo les prestamos atención, íbamos a boicotear a los hombre de la familia ¡ja ja! Hicimos un pacto entre madre e hija. Pasaron los días y poco interés sentían ya los niños por los hamster, Carlos sabía que yo no me iba a encargar de ellos, se lo había dejado bastante claro, no entraría en el juego de su madre. Oímos ruido dentro de la jaula, chillar, fue horroroso, había dado a luz y se estaba comiendo a las crías. Samanta se quedó paralizada mientras Carlos y Pablo reían, Alejandro no entendía que sucedía, miraba sorprendido creyendo que era un juego de los ratones ¿ por dónde aparecerán ahora papá ? Por ninguna parte, la mamá no quiere compartirlos con papá ratón así que ha decidido comérselos. En ese instante la jaula salió de casa y no volví a hablarle a Carlos en toda esa semana. Solo bromeaba con los chicos, era su única explicación, lo peor de aquello fueron las palabras de Samanta “ mamá, era como... era como... pensaba que era la abuela comiéndonos, pero tu no estés triste, nunca pensé que pudieras ser tú”.


El padre de Carlos sufría pesadillas, una tarde le oí hablar mientras dormía de su hija, hasta ese momento creía que solo eran cuatro hermanos, jamás habían mencionado a esa niña ¿ dónde estaría? Aprovechando una mañana que pasó por casa a recoger unos libros, le dije que si hablaba con su hija las pesadillas remitirían. Describir con palabras su rostro creo que es imposible, casi se me cae al suelo allí mismo, solo me preguntaba una y otra vez que quien me lo había dicho, parecía no oír nada mas, yo intentaba calmarle pero no había manera de hacerlo, aquellos minutos se me hicieron eternos, entonces le expliqué y el respiró como un condenado a muerte a quien acaban de salvar la vida, “ nunca vuelvas a preguntar por ella, si lo haces tendré que decírselo a mi mujer y creo que ya sabes suficientemente bien como soluciona lo que considera un problema. No necesitas saber mas de lo que conoces ¿ de acuerdo ? Cada persona allí resultó ser un pozo de sorpresas y nada agradables ¿ no crees? Que misterio tendría haberme dicho que no se hablaban, que no creía en todo lo relacionado con el círculo o simplemente que estaba muerta y le dolía hablar de ello. Creo que habría sido mas lógica alguna de esas respuestas, las cuales había ido barajando yo misma los días anteriores. Pero el temía que por alguna razón Alejandra se enterara que el seguía soñando con su hija, creo que tenía mas miedo por el mismo que por supuesto el que pudiera sentir por mi. Lo que no sabía era que con aquella respuesta había conseguido todo lo contrario a lo que buscaba ¿ cómo se llamaría ? ¿ dónde podría estar viviendo ? ¿ querría saber algo de su familia ?
¿ ellos habrían sido quienes la apartaron de su lado ? ¿ Sería mayor o menor que Carlos ? Nunca lo supe, pero si es cierto que el día de la muerte de Samanta, en medio de tanta locura y desconcierto escuché claramente como Carlos lloraba abrazada a ella y le decía “ hermanita...” pensé que era fruto de la desesperación, de las horas que habíamos estado esperando el triste desenlace, ahora se que descubrir que tenía una hermana, no fue casualidad.

 


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