viernes, 4 de marzo de 2011

Si, tenías razón.



Se que Cristina hizo lo imposible por hacerme creer en algo que debía existir en el mas allá, yo solía decirle que en lo que creía firmemente era en el mas acá y solíamos reírnos cuando alguien volvía a sacar el tema.

Los debates me fascinaban, podía tomar cualquier postura y era capaz de convencer a quien fuera, pero el tema de la muerte no me gustaba nada tratarlo, nunca creí que hubiera algo en este lado.

Ahora mi postura ha cambiado por completo, no es que lo haya oído contar a nadie, lo he comprobado en primera persona, por eso no me cabe ninguna duda y puedo afirmarlo sin titubear un instante.

Ella llegará aquí y cuando lea mi mensaje sonreirá de esa forma tan especial, entre pícara e inocente, la que pone cuanto tiene razón en algo y lo admites.

Dije que regresaría a decírtelo y así lo hago, sabes que tengo palabra y siempre cumplo mis promesas. Tú estabas convencida de que esto sucedería y yo de que no pasaría. Un par de cabezones con nuestras verdades absolutas.

Tampoco he de darte la razón en todo ¿eh? Tu te formaste un mundo mágico a este lado con seres alados, la imaginación siempre te ha podido mi niña andaluza.




















Aun así admito la gran realidad, en este lado hay mas como yo, puedo hablarte desde lo que vivo ahora, seré breve y no podré darte mas datos después, no preguntes tanto, cuando no se puede no se puede, escarlata.

Estoy en un lugar parecido al coliseo romano, ya sabes que soy ingenioso comparando sitios.
Es redondo, con distintas alturas y muy blanco, intenso aunque no brillante. La parte central es azul clarito, como el colgante que te compré en el viaje a Sitges.

Es algo así como un espacio de paso, desaparecen unos y aparecen otros. Empiezas a verlos mas y mas transparentes hasta que ya no les ves.

Siento que cuando cruce no podré decirte mas, con lo curiosa que eres no te hará ninguna gracia leer eso, pero es lo que hay duquesita, no puedo hacer mucho mas.

Me encuentro bien, la paz llegó enseguida, dejé el estrés, la tristeza, el dolor físico que no conseguía que me abandonara, también quedó al otro lado. No sé, si hubiera creído que existía algo así, quizá no me habría sorprendido tanto y de este modo.
Fue como cuando aquella navidad aparecieron por total sorpresa Angeles, Loren y Samuel ¿recuerdas? Podría compararlo un poco con aquello, os reíais mucho de mi cara de asombro, tardé rato en asimilar que de verdad se encontraban allí con nosotros.

Estoy muy feliz, ahora ya se que volveremos a estar juntos algún día, mientras sucede, haz muchas cosas y luego me las cuentas princesa.

2 comentarios:

  1. Espere tu magdalena y no la recibi.... jajaj es chiste
    Muy lindo texto nuevamente. No se porque, pero me parecio re propio a mi. Muchas veces me siento asi y es lo mejor. Es como si estuviera flotando eternamente y nada me puede hacer caer.

    Saludos!

    ResponderEliminar
  2. Hola Werty!

    Siento no tener esas magdalenas preparadas aún, pero ando un poco fuera de aqui por motivos médicos, en cuanto regrese, serás la primera a quien visite.
    Un fuerte beso astral!

    ResponderEliminar

 


Design by: Blogger XML Skins | Distributed by: Blogger Templates | Sponsored by Application Monitoring